¡Ay, qué suerte que a tu hijo le gusta leer! Sí, desde luego es una suerte, pero no como la de… no sé, la de que nunca pilla piojos, porque es del tipo de suertes que está bastante en nuestras manos. En los posts anteriores, recolectábamos los consejos que siempre damos agrupados por edad, para los padres de bebés y para los padres de niños de entre 2 y 4 años. Hoy vamos a hablar de otra edad, la de entre 4 y 6 años.
Una edad en la que las rutinas cambian considerablemente, ya que casi todos los niños van al cole ya y pasan allí la mayor parte del día. Seguramente sus maestros les leen cuentos, visitan la biblioteca escolar y los libros estén muy presentes, pero eso no significa que en casa no haya nada más que hacer. La escuela puede y hace mucho, pero, como en la mayor parte de las cosas importantes, es en casa donde se marca la diferencia.
1 // Cuéntale historias: Elige cuentos con historias interesantes, con estructura de principio + nudo + desenlace, porque les ayudarán a mantener su atención. Si no hay historias o éstas son aburridas, difícilmente despertemos su interés. Están muy bien los libros sobre la escuela, los libros para aprender a contar o para vestir a aquel personaje de cine que tanto le gusta, pero las personas leemos básicamente para ensanchar nuestras vidas, para comprendernos mejor a nosotros mismos, y esto se consigue mucho mejor conociendo y comprendiendo la vida de los demás. ¿Tú disfrutas en vacaciones leyendo una historia que de alguna manera habla también de ti? Pues los niños también. Están también muy bien los libros que les hablan sobre las emociones, pero una buena historia les hace vivir y sentir las emociones. ¿Miedo, rabia, tristeza? En los cuentos clásicos las tienes todas.
2 // Hazlo participar en la lectura. Tu hijo no sabe leer aún, pero seguro siente curiosidad por esos símbolos que tú puedes descifrar y él no. Si ya se sabe el cuento, deja que él también lea, que pronuncie la palabra final, o las respuestas de algún personaje, o haga el sonido de alguna onomatopeya. Lo hará sentir que él también lee y mantendrá su atención hasta que le toque su turno de “leer”.
3 // No abandones el cuento antes de dormir. Aunque los niños sepan ya conciliar el sueño por sí solos, el cuento de la noche sigue siendo el mejor momento para leer. Porque tanto tú como ellos están más tranquilos, y lo primero que se necesita para leer es calma. Al igual que ocurre con las canciones de cuna, la lectura en voz alta nos ayuda a mantener el ritmo de la respiración, a serenarnos. El ambiente de calma e intimidad que se consigue no suele repetirse durante el día. ¿Lo vamos a desaprovechar?
4 // Llévalo a una librería y/o biblioteca y pedid consejo. Suele decirse «dejad que los niños se elijan un libro». Pero no estamos muy de acuerdo con esto. ¿Es bueno que para motivar la buena nutrición dejemos a los niños que elijan qué comprar en el supermercado? ¿A que no? Pues algo similar ocurre en las librerías: aunque no existan libros con el mismo valor nutritivo de las golosinas, hay libros más y menos adecuados para cada niño, y los libreros o bibliotecarios son los que están más preparados para ayudarnos a elegir el mejor libro para cada caso. Es normal que los niños se sientan atraídos por alguna cubierta, y que nosotros no podamos valorarlo tan rápidamente. Los libreros son profesionales y su objetivo es dar con el libro que te haga volver a buscar otro, así que confía en ellos. Pídeles consejo. Cuando vas a una librería no solo pagas por el libro que te llevas, pagas por el consejo del libro. Aprovéchalo.
5 // Lee tú. Este será el consejo que valga en todas las edades. Lee tú, búscate el momento, no solo por aquello de que los niños copian, que es cierto, sino porque si tú sientes entusiasmo por la lectura, por tus lecturas, contagiarán mucho mejor ese entusiasmo. Si además de escuchar «no me interrumpas que estoy trabajando», los niños escuchan «no me interrumpas que estoy leyendo», comprenderán que el trabajo es algo serio, es cosa de mayores, que a mamá o papá le importan mucho. Y lo mismo la lectura.
Podríamos seguir con 10 consejos más, pero si solo sigues estos, le estarás dando a tu hijo una herramienta que no solo lo ayudará a aprender mejor, sino a tener una vida mucho más intensa y plena.