La paternidad se ha profesionalizado, dicen los expertos. Así como para acceder al puesto de trabajo con el que soñamos, nos preparamos muy concienzudamente también para ser padres: hacemos cursos para parir, para amamantar, para recuperarnos del parto, para hacer dormir al bebé… y cuando llegan los problemas (rabietas, alimentación, entre otros dramas de la infancia), pues consultamos a los expertos.
¿Es esto realmente así? ¿Cuánto hay de caricatura y cuánto de realidad que supera la ficción? ¿Es bueno o malo preocuparse tanto, prepararse y tener siempre un manual o profesional a mano para consultar?
Para contestar estas preguntas, conviene tener claro primero en qué consiste ser un hiperpadre, y para eso os proponemos realizar este test diseñado por Eva Millet, en su libro Hiperpaternidad. Sólo os llevará unos pocos minutos:
Este test recoge algunas de las situaciones más comunes asociadas a este nuevo estilo de paternidad, pero seguramente, si estamos atentos, podemos sorprendernos en muchas otras situaciones de hiperpaternidad. ¿Cuáles son las actitudes que veis frecuentemente a la entrada o salida del cole, en el parque, en el supermercado, y que atentan contra una relación padre/madre-hijo más relajada? Nos encantaría que las compartierais con nosotros, para así aprender a ejercer mejor nuestra paternidad, es decir, a dejar de ser hiperpadres, y ser -ni más ni menos- buenos padres.