Publicado el miércoles, 29 de abril de 2015
No enseñes a leer a tu hijo... ¡conviértelo en un buen lector!
El debate está abierto: ¿Enseñar a leer a los 6 años o antes? ¿Son mejores lectores quienes empiezan a leer antes? ¿Por qué en Finlandia se esperan hasta los 7?
Hace días compartíamos en nuestro facebook y twitter un artículo muy esclarecedor sobre el tema, que respondía con un NO rotundo a esta pregunta.
¿Que por qué no es necesario que nuestros hijos aprendan a leer y escribir antes de cumplir 6 años? Los argumentos se basan en el sentido común y en recientes estudios científicos:
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Porque funcionalmente no lo necesitan.
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Porque aún no están maduros para aprender a leer (¡todo llegará!).
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Porque intentar que hagan algo para lo que no están maduros es presionar, y la presión desmotiva.
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Y porque utilizando este tiempo en enseñarles destrezas para las que no están preparados se pierde un valioso tiempo que se podría aprovechar para enseñarles destrezas para las que sí están preparados, como, por ejemplo, desarrollar la autonomía.
Por si a alguien le quedan dudas, la autora del artículo nos cuenta que «está comprobado que en los niños que escriben desde temprano, la lectoescritura ha dejado de lado la creatividad y la curiosidad. Y no nos damos cuenta de la envergadura del problema: nada menos que la creatividad y la curiosidad.»
Entonces, si no conviene que les enseñemos a leer antes de los 6 años, ¿nos esperamos a esa edad para empezar a fomentar en los niños el gusto por la lectura? Otra vez la respuesta es un NO rotundo. Hay mucho por hacer. Aquí os damos algunas ideas que te ayudarán a que tu hijo sea un buen lector más adelante:
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Lee tú. Así como tu hijo aprendió a hablar porque tú le hablabas, querrá leer si ve que tú lo haces.
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Léele. Lee para él, cuando puedas, pero procura hacerlo por lo menos una vez al día.
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Coloca sus libros a su alcance (en lo posible, en una estantería a su altura), para que pueda elegirlos por sí mismo y cuando lo desee. Antes de que pueda caminar, descubrirá los libros, los quitará de la estantería, hará torres de libros, pasará las páginas… e incluso aprenderá a volver a colocarlos en la estantería.
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Los libros de páginas duras están muy bien, pero tampoco tengas miedo de ofrecerle libros con páginas de papel, ya que con éstos aprenderá más fácilmente a pasar las páginas.
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Nunca le leas un libro que no te gusta. Confía en tu juicio. Si no crees en un libro, no se lo leas. No pasa nada si le dices a tu hijo que un libro no te gusta; sabrá entonces que hay otros que sí te gustan, y esto es lo importante.
Un día, verás a tu hijo elegir un libro, ponerse cómodo y abstraerse del mundo mientras se sumerge en las páginas. Entonces habrás conseguido un lector, alguien que ha descubierto el placer de la lectura.